Hoy, 31 de agosto, se lleva a cabo la presentación de los Convenios de Colaboración de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad con la Asociación Melillense de Submarinismo (BUCEO MELILLA) y Club Ánfora de Actividades Subacuáticas de Melilla.
Estos Convenios de Colaboración se engloban dentro de la nueva política establecida por la Viceconsejería de Recursos Hídricos, Energías Renovables y Políticas Medioambientales, en materia de protección y conservación de la biodiversidad que, al contrario de lo recogido en recientes publicaciones, está redoblando sus esfuerzos en esta materia. En este sentido, además de los convenios firmados con la Universidad de Granada desde 2017, para el estudio de la conservación de las ZEC y del litoral, con la Asociación Guelaya-Ecologistas en Acción para Reforestaciónes en Red Natura2000 y en materia de Varaminetos de Cetáceos y Tortugas Marinas, los trabajos realizados con SEO Bird Life-Melilla sobre la Gaviota de Pico Rojo, avifauna, etc, hoy se materializan en estos dos nuevos Acuerdos con sendas entidades muy comprometidas con la Ciudad y su biodiversidad marina.
Por un lado, la Asociación Melillense de Submarinismo (BUCEO MELILLA), que en el año 2015 se convierte en uno de los Clubs Fundadores de la Red de Vigilantes Marinos. Además, entre otras actuaciones medioambientales destacadas de esta entidad, podemos recordar la Organización de la Gran Limpieza de Fondos Marinos, en las 5 ediciones que se han realizado, así como el Proyecto Libera 2018/2019 sobre el Estudio de la basura marina depositada por las mareas en los fondos marinos de la ZEC.
Su Convenio de Colaboración va enfocado a dos objetivos:
1º.- Realizar labores de diagnóstico y conservación del estado de la parte marítima de la ZEC, entre las actuaciones a destacar, podemos encontrar:
– Seguimiento de las especies incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y diseño de medidas activas de conservación: Charonia lampas, Astroides calycularis…
– Identificación de los enclaves más degradados y sus orígenes
– Conocimiento del estado en que se encuentran las poblaciones de las principales especies autóctonas, así como los posibles impactos en sus ecosistemas.
2ª.- Dentro del Proyecto Libera, iniciativa de SEO/BIRDLIFE en alianza con ECOEMBES, se colaborará en el Proyecto: “Seguimiento de la actividad de mejora de la calidad del espacio natural, ZEC Marítimo-Terrestre de los Acantilados de Aguadú, mediante la retirada de las basuras que se encuentran en el fondo marino y estudio poblacional de la especie amenazada Charonia lampas”.
En cuanto al Club Ánfora de Actividades Subacuáticas de Melilla, ellos pertenecen a la Red de Varamientos de Alborán Sur, y han apoyado diversos proyectos sobre Patella ferruginea, seguimiento de mortandad de Pina Nobilis, Atlas de fanerógamas marinas, así como colaboraciones y apoyo a entidades como el CSIC o la Universidad de Syracuse.
Actualmente, el Club Ánfora, lidera el proyecto INBIOMAR II con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y que se encuentra adscrito al Proyecto LIFE INTEMARES, el mayor proyecto de conservación marina de Europa.
Su Convenio de Colaboración tiene como objeto contribuir al conocimiento y divulgación de la biodiversidad marina de la ZEC Marítimo-Terrestre de los Acantilados de Aguadú (Red Natura2000).
Un punto importante de ambos convenios, es que la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad pueda estar informada en todo momento de las actividades y personas que realizan este tipo de actuaciones, así como el acceso a dicha información, el derecho a su difusión y la posibilidad de publicarlos y publicitarlos en diferentes cauces.
Con estos Convenios, la Ciudad Autónoma a través de esta Viceconsejería quiere contribuir y colaborar con la labor realizada por estas entidades sin ánimo de lucro, con el fin de seguir concienciando e informando a la ciudadanía sobre la biodiversidad melillense, así como de su estado de conservación.
Es importante recordar, que la pérdida de la biodiversidad puede tener efectos muy negativos en aspectos como la vulnerabilidad ante desastres naturales, la seguridad alimentaria, el acceso a agua potable, o la salud de los seres humanos. Por ello, es nuestro deber protegerla y conservarla.