Los técnicos de la Consejería de Coordinación y Medio Ambiente están ultimando los proyectos de conversación y mejora de tres emplazamientos de alto valor ecológico para Melilla, como es el parque periurbano de Rostrogordo y las zonas de especial conservación de Aguadú y el Barranco del Nano.
En estos proyectos, según ha detallado el consejero en funciones Manuel Ángel Quevedo, se aporta un análisis ecológico de estos lugares, así como la proyección de diversas actuaciones para mejorar su situación actual. Dentro de los proyectos queda fijada una aportación económica para acometer dichas intervenciones. En el caso de Rostrogordo, por ejemplo, la cantidad presupuestada asciende a 430.000 euros, mientras que se reservan 300.000 para el contorno del Barranco del Nano y otros 243.000 euros para los acantilados de Aguadú.
En sentido paralelo a estos proyectos, ha puntualizado Quevedo, durante la presente legislatura se rubricó un convenio con la Universidad de Granada para el estudio de la flora y fauna de litoral melillense.
Más estudios ambientales
La Consejería también tiene en marcha otros proyectos. En estos momentos, por ejemplo, se está elaborando un estudio de incompatibilidad de ruidos y se está perfilando un mapa de ruidos de Melilla. Son pasos necesarios para acometer los planes de acción correspondientes que marcarán cómo y dónde se debe actuar para minimizar la contaminación acústica. Son, a su vez, la continuación del camino que se comenzó a andar con la aprobación de la zonificación acústica de la ciudad.
Hay que recordar, por ejemplo, que en una zona residencial no se pueden superar los 45 decibelios más allá de las once de la noche.
En este orden, Quevedo también ha puntualizado que las nuevas autorizaciones integradas para Remesa y Endesa contemplan mediciones acústicas anuales. Si el resultado está por encima de lo estipulado, ambos organismos tendrán que asumir medidas de reducción.